que acudieron a un bar francés llamado, 'Los dos molinos'
Aquel 7 de septiembre de 2012...
Él le dió un paquete de cromos.
Después le regaló la placa del buzón con sus nombres grabados...
Y cuando ella no esperaba ninguna sorpresa más...
le puso un anillo precioso en el dedo y le dijo...
¿Quieres casarte conmigo? (o algo así le pareció entender a ella, porque ya había empezado a llorar y no escuchaba bien a través de sus gimoteos)
Ella, tras limpiarse las lágrimas (de felinidad)
DIJO Sí,....Aunque tal vez debería haber dicho OUI...
En el local la felicidad se convirtió en dos cervezas heladas, con las que brindaron y después, posaron delante de su 'hada madrina'
Y así fue como aquel par de molineros, se declararon amor eterno en la ciudad de las luces y los molinos...
Pronto llegarán nuevas ciudades, nuevos anillos, pero hasta entonces les dejamos disfrutar de su 7 de septiembre, (aunque a ellos, siempre les quedará París)
No hay comentarios:
Publicar un comentario